lunes, 23 de febrero de 2009

Hipercolesterolemia

¿Qué es?

La hipercolesterolemia consiste en la presencia de colesterol en sangre por encima de los niveles considerados normales. Este aumento, que se asocia a problemas coronarios, depende de la dieta, el sexo, el estilo de vida y la síntesis endógena. De esta manera, en la concentración de colesterol en sangre intervienen factores hereditarios y dietéticos, junto a otros relacionados con la actividad física.

Causas

Entre los factores que influyen en el incremento del nivel de colesterol se encuentran:

  • Dietas inadecuadas: La ingesta abusiva de grasas animales o alcohol ocasiona que el organismo consuma primero otros tipos de nutrientes favoreciendo que el colesterol no se degrade y se acumule en las arterias.
  • Enfermedades hepáticas, endocrinas y renales y la administración de ciertas sustancias aumentan la síntesis de la lipoproteína LDL, que transporta el colesterol perjudicial para el organismo.
  • Hipercolesterolemia familiar: Se trata de una enfermedad hereditaria ocasionada por un defecto genético que impide que el colesterol LDL sea degradado, con lo que los niveles de colesterol aumentan progresivamente. En estos casos es frecuente la mortalidad temprana por infarto de miocardio o el engrosamiento de las arterias causado por la arterosclerosis.

Tipos

El volumen de colesterol circulante depende de su absorción intestinal, la síntesis endógena, la captación tisular, el estado del metabolismo lipoproteico y la excreción biliar. En definitiva, el nivel de colesterol dependerá de los alimentos ingeridos y la capacidad de absorción de los receptores específicos. Asimismo, se pueden distinguir dos tipos de hipercolesterolemia:

  • Primaria: derivada de problemas en los sistemas transportadores del colesterol y factores genéticos. En este tipo de hipercolesterolemia se enmarcan las dislipidemias.
  • Secundaria: el aumento de colesterol se asocia a ciertas enfermedades hepáticas (hepatitis, colostasis y cirrosis), endocrinas (diabetes mellitus, hipotiroidismo y anorexia nerviosa) y renales (síndrome nefrótico o insuficiencia renal crónica). Además, existen algunas sustancias que pueden aumentar los niveles de colesterol LDL (colesterol de baja densidad conocido como ‘colesterol malo’) favoreciendo el desarrollo de hipercolesterolemia, como los esteroides anabolizantes, los progestágenos, los betabloqueantes y algunas sustancias hipertensivas.

Formas graves

Existen numerosos trastornos que pueden ocasionar hipercolesterolemias graves, si bien su desarrollo se debe normalmente a factores genéticos. Dentro de las formas más importantes de colesterolemia se encuentran la hipercolesterolemia familiar, la hipercolesterolemia poligénica grave, y la hipercolesterolemia familiar combinada.

Hipercolesterolemia familiar: Consiste en un trastorno grave ocasionado por una serie de mutaciones en el gen receptor de las lipoproteínas de baja densidad que transportan el colesterol. Afecta a una de cada 500 personas y los expertos estiman que más de un millón de españoles sufren hipercolesterolemia familiar, aunque el 70 por ciento de ellos no están diagnosticados ni en tratamiento. Existen formas heterocigóticas y homocigóticas de la enfermedad. En la forma heterocigótica el enfermo sólo tiene la mitad del número normal de receptores LDL y puede detectarse en neonatos.

En estos casos el nivel de colesterol se sitúa entre los 300 y 500 miligramos por decilitro (mg/dl). La consecuencia de este trastorno es el desarrollo de enfermedad coronaria precoz, que en los hombres aparece entre la cuarta y quinta década de vida, y en las mujeres se manifiesta una década más tarde. Según los últimos estudios, el 75 por ciento de los hombres con hipercolesterolemia familiar que no han sido tratados tendrán un infarto antes de los 60 años, y las mujeres antes de los 70. Además de la dieta, esta forma de hipercolesterolemia requiere tratamiento farmacológico.

La mayor parte de los enfermos responden a una monoterapia con resinas, ácido nicotínico o estatinas, aunque en los casos graves es necesario dos o incluso las tres sustancias de forma combinada. En la forma homocigótica se da una ausencia casi total de la superficie celular que eliminan las LDL. Se da en uno de cada millón de habitantes y los afectados tienen una concentración de colesterol que oscila entre los 700 y los 1.200 mg/dl. Provoca arterosclerosis precoz grave, que puede manifestarse en las primeras décadas de vida. La escasa actividad de los receptores provoca que sean resistentes a las dietas y los fármacos destinados a reducir los niveles de colesterol. Para tratar este trastorno se utiliza probucol, aunque también se ha recurrido al trasplante hepático para proporcionar los receptores LDL que faltan. Este tratamiento reduce el colesterol LDL y aumenta la respuesta a los fármacos hipocolesterolemiantes. Sin embargo, requiere un estrecho control del órgano trasplantado, para lo que se necesita una inmunosupresión continuada.

Hipercolesterolemia poligénica grave: Se caracteriza por un nivel elevado de colesterol-LDL causado por factores genéticos y ambientales. Está asociada a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerca del 7 por ciento de los familiares de primer grado de pacientes con una hipercolesterolemia poligénica presentan concentraciones importantes de colesterol LDL. El nivel suele ser superior a 220 mg/dl. El tratamiento se basa en la administración de resinas. ácido nicotínico y estatinas. Generalmente no es necesaria la administración combinada de las tres sustancias.

Hiperlipemia familiar combinada: En este trastorno los afectados presentan niveles muy elevados de colesterol o de triglicéridos. Se desconoce si la causa se encuentra en uno o varios factores genéticos y no existen rasgos clínicos que permitan diagnosticarla. El colesterol total se sitúa entre los 250 y 350 mg/dl, mientras que los triglicéridos sufren importantes variaciones. El tratamiento consiste en una reducción de peso y de la ingesta de grasas saturadas y colesterol. Para controlar los niveles altos de triglicéridos puede administrarse ácido nicotínico.

Diagnóstico

Tras realizar la exploración física y establecer el nivel de colesterol en sangre se deben determinar los factores que influyen en su aumento, como la dieta, la administración de algún fármaco, o la presencia de alguna enfermedad, y los factores genéticos y de riesgo que favorecen el desarrollo de enfermedades coronarias asociadas a la hipercolesterolemia. La hipercolesterolemia secundaria también puede detectarse mediante análisis de orina, midiendo la concentración sérica de tirotropina, glucosa y fosfatasa alcalina.

Tratamientos

Generalmente todas las personas que sufren hipercolesterolemia deben realizar un tratamiento dietético para reducir el nivel de colesterol LDL, aumentar su actividad física y eliminar los factores de riesgo que puedan favorecer el desarrollo de patologías asociadas. El tratamiento farmacológico se reserva para los pacientes que tienen un riesgo muy elevado de padecer enfermedades cardiovasculares, formas graves de hipercolesterolemia, dislipemias secundarias graves o que no han respondido al tratamiento dietético. Una vez establecido el tratamiento hay que realizar controles periódicos de la concentración de colesterol en sangre.

Tratamiento dietético: Su principal objetivo es evaluar los hábitos alimenticios del paciente y establecer una dieta individualizada en cuyo cumplimiento deben implicarse seriamente no sólo el paciente sino también los médicos y la familia del afectado. De esta manera se intenta alcanzar el máximo cumplimiento del tratamiento. Una vez identificados los alimentos con alto contenido en grasas saturadas y colesterol que ingiere habitualmente el enfermo, se evalúan otros factores de riesgo modificables que puedan asociar la hipercolesterolemia con otras patologías.

En la dieta, ha de tenerse en cuenta que las calorías procedentes de las grasas no deben superar el 30 por ciento del total de la dieta. Se recomienda que las grasas no superen el 30 por ciento del total de la dieta, que aproximadamente el 10 por ciento de las calorías procedan de las grasas saturadas, otro 10 por ciento de las poliinsaturadas y un 10 por ciento de las monoinsaturadas. En todo caso el colesterol debe ser inferior a 300 mg diarios.

Existen tres factores que influyen especialmente en el aumento de colesterol: ácidos grasos saturados o grasas saturadas, ingesta elevada de colesterol y desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto energético.La dieta debe ser pobre en grasas saturadas y colesterol, rica en ácidos grasos monoinsaturados, fibra vegetal e hidratos de carbono. Generalmente la dieta reduce en un 30 por ciento la ingesta de grasas, sustituyendo el consumo de grasas saturadas por el de insaturadas. Asimismo, deben controlarse otros factores como el sobrepeso o la diabetes.

Tratamiento farmacológico: Las sustancias más utilizadas para reducir la concentración de colesterol en sangre son las resinas, el ácido nicotínico y las estatinas. Asimismo, pueden utilizarse derivados del ácido líbrico, probucol o la terapia hormonal sustitutiva con estrógenos.

Vacuna: De momento no existe una vacuna que pueda frenar la concentración de colesterol y, en consecuencia, la formación de placas arterioescleróticas. Numerosas investigaciones intentan estimular la producción de anticuerpos naturales específicos contra el colesterol, consiguiendo de esta manera una inmunización anticolesterol. Sin embargo, la mayor parte de los especialistas se muestran escépticos.

Otros datos

Medición. El nivel de colesterol total se puede determinar con un análisis de sangre en ayunas mediante la siguiente fórmula: Colesterol LDL= colesterol total – colesterol-HDL (de alta densidad, ‘colesterol bueno’) – triglicéridos / 5 En el caso de haber sufrido un traumatismo reciente, una infección severa, un cambio de dieta o disminución de peso, un embarazo o una intervención quirúrgica, es necesario realizar varios análisis de los lípidos, ya que su nivel puede no corresponder con las concentraciones habituales en el paciente y por resultan poco representativo. Después habrá que determinar si se trata de una hipercolesterolemia primaria o secundaria. También hay que tener en cuenta los posibles antecedentes familiares, que explican la hipercolesterolemia familiar.

Esta enfermedad puede detectarse en neonatos mediante un análisis de la sangre del cordón, aunque esta prueba no llega a ser del todo fiable ya que presenta muchos falsos positivos. Además, el tratamiento en niños debe posponerse hasta el segundo año de vida. Aunque no existe un nivel mínimo de colesterol recomendado, sí se conoce el nivel a partir del cual aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias.

Consecuencias clínicas: La principal consecuencia del exceso de colesterol en sangre es el desarrollo de enfermedades coronarias. Numerosos estudios han demostrado que las EC son más frecuentes en poblaciones cuya alimentación es rica en grasas saturadas y colesterol, y tienen niveles séricos de colesterol elevados, mientras que en las poblaciones con niveles bajos de colesterol LDL, como Japón y China, es más baja la tasa de enfermedades coronarias. La hipercolesterolemia está íntimamente ligada a la arterosclerosis, una alteración degenerativa que afecta a las arterias en las que se forman placas de ateroma. Estas placas de ateroma son depósitos de diversos lípidos, especialmente colesterol, proteínas y sales de calcio, que obstruyen total o parcialmente los vasos de las arterias y provoca una falta de riego.

Si la falta de riego se localiza en las arterias coronarias que irrigan el corazón se puede producir una angina de pecho o un infarto de miocardio. Si se produce en las arterias cerebrales son frecuentes las hemorragias y trombosis cerebrales. Cuando la obstrucción se localiza en las extremidades puede favorecer la gangrena de un miembro y, en el peor de los casos, su amputación. Asimismo, la arterosclerosis provoca aneurismas o dilataciones excesivas de la aorta que pueden provocar su rotura.

El exceso de colesterol en sangre puede depositarse en diversos lugares del organismo, como la córnea, donde se forman placas amarillentas en la piel y los párpados. Otros factores que facilitan la aparición de ateromas son el consumo de tabaco, la diabetes, la obesidad abdominal y la pertenencia al sexo masculino.

Tomado de: http://www.dmedicina.com/

miércoles, 18 de febrero de 2009

MADRE, MI MEJOR AMIGA

Dos amigos se encontraban tomando un café, y uno le comenta en tono de queja al otro:

* Mi mamá me llama mucho por teléfono a la oficina y solo para pedirme que vaya a conversar con ella, siempre la misma quejadera, que 'se siente sola'; la verdad yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser. Ya sabes como son los viejos: Cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar de los achaques que estrena cada día; y bueno, como tu sabes nunca me faltan loscompromisos: Que el trabajo, que los amigos, la Asociación.. .. En fin sabes como es, No?.........

El otro amigo se queda callado, y luego responde:Yo en cambio, converso mucho con mi mamá; cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo o cuando tengo unproblema y necesito fortaleza, acudo a ella y ella me conforta, me da fortaleza, y siempre termino sintiéndome mejor.

Caramba - se apenó el otro - Eres mejor que yo.

No lo creas, soy igual que tu, o al menos lo era - respondió el amigo con tristeza. En realidad visito a mi mamá en el cementerio.Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella pensaba y sentía lo mismo que tú. Y no sabes cuanta falta me hace ahora su presencia, cuánto no daría por sentir las caricias que con tanto amor me prodigaba, y que rechazabaporque 'ya no era un niño'; ó cuánto me pesa no haber escuchado todos los consejos que me daba, cuando con torpeza le decía: 'Yo sé lo que hago', y por ello cometí muchos errores. Ay amigo, si supieras ahora como la busco, y ahora es mi mejor amiga.Cuando sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris, en el que le puse 'te amo', (palabras que nunca escuchó de mis labios), le pido que me perdone por haber sido tan frío, por las veces que le mentí, y por los muchos besos que no le di, más el silencio me responde y cuando una brisa acaricia mis mejillas, sé que ella me perdona.

-Mira con ojos empañados a su amigo y luego dice- Discúlpame este arranque, pero si de algo te sirve mi experiencia, conversacon ella hoy que la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de una u otra forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porqueentiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí. En el camino, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina, dijo a su secretaria: Comuníqueme por favor con mimadre, no me pase mas llamadas y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!.

¡¡No dejes pasar este día sin decir 'te amo'.

miércoles, 11 de febrero de 2009

LA TIENDA DEL CIELO

Hola Jayguer hace algún tiempo... Caminaba por el sendero de la vida y vi un letrero que decía: "Tienda del Cielo"

Me acerqué y la puerta se abrió lentamente.

Un ángel me entregó una canasta y me dijo: "Compra con cuidado todo lo que necesitas"

Primero compré mucho amor y al lado separé paciencia y comprensión que se necesitan por donde uno vaya.

Aparté dos cajas de sabiduría y dos bolsas de fe.

Me encantó el empaque del perdón, compré fuerza y coraje para derrotar el desaliento.

Me aprovisioné también de buenas cantidades de respeto y de mucho buen humor.

Ya tenía la canasta casi llena cuando me di cuenta de que me hacia falta el poder del Espíritu Santo y que no podía olvidar la salvación que la ofrecían gratis.

Caminé hacia el cajero para pagar la cuenta pero vi en un estante la oración y la tomé porque sabía que la iba a necesitar a diario.

Lo mismo hice con la alegría, la justicia y la paz, que estaban al lado de la caja.

Llegué delante del cajero y le pregunté: ¿Cuánto debo?

El me sonrió y me dijo: Tranquilo lleva tu canasta donde vayas.

Sí, pero ¿cuánto le debo? insistí.

El volvió a sonreír y respondió: "No te preocupes, Dios pagó tu deuda hace mucho tiempo..."

domingo, 1 de febrero de 2009

Cada día, valora las cosas pequeñas

En lo pequeño está la verdadera santificación si lo sabemos vivir, si sabemos convertir lo ordinario en lo extraordinario.

Tomado de: http://www.es.catholic.net/

Cada día, valora las cosas pequeñas

No es bueno perderse en la ensoñación de un futuro grandísimo.

Queremos ser mejores, queremos superarnos pero haciendo algo que realmente sea toda una proeza, ¡que se vea!

Queremos alcanzar la perfección y la santidad, pero...eso será "mañana" porque ahora estamos muy ocupados, tenemos miles de problemas. Tal vez cuando estos se resuelvan. Si nos falta salud, cuando estemos bien. Si estamos cansados, cuando tengamos mejor ánimo.

Todos nuestros buenos propósitos se quedan en "eso", para un mejor momento, para "mañana"... Y la vida se nos va y no nos damos cuenta que es, esa vida, que son la suma de los instantes, de las horas, los días y los años en que vamos dejando pasar todas y cada una de las pequeñas cosas que podrían ser fruto de nuestra santidad.

En las cosas pequeñas está la verdadera santificación si las sabemos vivir, si sabemos convertir lo ordinario en lo extraordinario.

Si queremos realizar este milagro en nuestra vida pensemos en Cristo. Fue Dios tanto en la cruz como cuando niño ayudando a su Madre en las cosas del hogar, obedeciendo a José en el trabajo humilde y sencillo de la carpintería, en unas mil cosas pequeñas con las que fue formando su vida hasta hacerse hombre.

Es difícil que siguiendo los pasos de Cristo dejemos todo y nos lancemos a predicar, a ser apóstoles recorriendo el mundo. Es difícil que seamos mártires por defender nuestra fe - que si los hay y su vida es una entrega total - pero nosotros sí lo podemos imitar en lo que fue su vida oculta en la rutina de todas las cosas de todos los días, esas que nos parecen tan insignificantes, tan simples que no les damos la mayor importancia.

En nuestro diario convivir con los demás, ¿por qué no somos más tolerantes, más generosos? ¿por qué pensamos siempre en nosotros y en todo lo que nos satisface?. Si en todas las cosas, por pequeñas que sean, ponemos el máximo esfuerzo de hacerlas bien, el resultado será la suma de todas ellas que nos darán, al final de la jornada, un día bueno, un día santo.

Las cosa simples, pequeñas, vendrán a nosotros, saldrán a nuestro paso en el diario vivir y es entonces cuando tenemos que tener el ánimo presto, la voluntad decidida. El momento heroico de saltar de la cama, a su hora, para no llegar tarde y cumplir con nuestro deber; ese trabajo que tanto nos fastidia hacerlo con gusto, con amor; esa sonrisa al compañero, ese buscarle alguna virtud en vez de dejarnos llevar por la fácil pendiente de la crítica; ese saber escuchar; ese templar la voluntad no saboreando la golosina que nos ofrecen; ese saber esperar un rato más para saciar nuestra sed; esa valentía de no escudarnos en la mentira fácil; esa forma de estar siempre dispuestos a servir en vez de ser servidos; ese ofrecer cualquier contrariedad, incomodidad o dolor, para que estas cosas adquieran su verdadero valor y no se pierdan; esa paciencia ante las personas o cosas que quieren sacarnos de quicio; esa esperanza, esa fe, ese amor; ese toque de alegría en nuestra rutina; esa paz que tenazmente pretendemos poner o dejar en el corazón de los demás; esa conformidad para las cosas inevitables, aceptándolas, aprendiendo a decir en todos los momentos: "Hágase Tu Voluntad, Señor"

No esperamos a ese "mañana" cuando todas las cosas estén en perfecto estado y a nuestro gusto.

Empecemos hoy, ahora, en este mismo momento.

Antes de que nos podamos dar cuenta se nos presentará la oportunidad de santificarnos en estas cosas tan nuestras de todos los días. En las cosas simples, en las cosas pequeñas, esas, que no nos dan más, esas son, las que harán que nuestra vida merezca ser vivida en todo lo que vale.

Hay una y mil cosas que creemos que nos darán la felicidad pero no nos damos cuenta de que en cuanto logramos lo que deseábamos pasamos inmediatamente a anhelar otra cosa para ser felices. Y es que las cosas que nos llegan de afuera, del exterior, no nos satisfacen plenamente pues es en nuestro interior donde tenemos que experimentar el verdadero valor de cada cosa. Muchas veces las grandes victorias, los grandes triunfos, los grandes acontecimientos nos dejan más vacíos que una pequeña cosa, casi insignificante pero que vino a inundar nuestra alma de una sensación profunda de felicidad.

Una caricia, una sonrisa, una frase amable, una mirada tierna, alguien que se paró a escucharnos, un beso, una palabra de aliento, una tarde soleada, una carta o mensaje de alguien que está lejos, el estreno de unos zapatos o de un vestido que fue un sacrificio comprar, un encuentro con alguien que hacía mucho tiempo que no veíamos, un perdón, una reconciliación, ver un capullo convertido en flor, mirar la lluvia que lava y moja las hojas de los árboles, el olor a tierra húmeda y barbechada, una puesta del sol, contemplar el mar y sus cambiantes olas, la caricia de la brisa al tardecer, una noche estrellada, sentir una mano pequeñita y confiada en la nuestra, saber que en nuestro hogar hay alguien que nos espera con amor, tener la fortuna de una sincera y buena amistad... en fin tantas y tantas cosas que no nos dan más, que no les damos el valor que tienen y que dejamos pasar sin darles importancia y que son ellas las que, sin hacerse notar, nos dan la felicidad.

Esa felicidad sencilla y simple pero inmensamente grandiosa de las cosas pequeñas. Aprendamos a ser felices con ellas pues el que sabe aprisionarlas y gozarlas, bien puede decir que encontró la mágica fórmula para ser feliz. No las dejemos ir sin darles el valor que tienen.


Y termino con mi poema de Las Cosas Pequeñas.

La fuente quiere ser río
y el río quiere ser mar,
y el mar...sueña con que es fuente
y que ha vuelto allí a brotar.

Imponente y majestuoso,
añora y vuelve a añorar,
aquellos riscos y flores
donde dejó su cantar,

por donde pasó tan niño,
con prisa y en loco afán
de convertirse en gran río
y por fin , en un gran mar.

Tanto corrió, corrió tanto
que apenas pudo gozar
de las cosas pequeñitas,
que tan fácil dejó atrás.

¡Ay, las cosas pequeñitas, simples,
que no nos dan más...
ay esas cosas tan simples,
cómo se van y se van!.
Sin darnos cuenta se escapan...
mientras que ciegos andamos
buscando felicidad.

La fuente quiere ser río
y el río quiere se mar
y el mar...se ha vuelto salado,
¡quizá de tanto llorar!.

  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    Tomado de: http://www.es.catholic.net/

    Dejar mi vida entre tus manos

    Tomado de: http://www.es.catholic.net/

    Todavía me cuesta, Señor, poner las redes de mi vida entre tus manos.

    Parece que temo tus proyectos, tus planes. Parece que todavía prefiero seguir mis gustos, gozar de salud, decidir mis pasos, tenerlo todo bajo el control de mis deseos.

    Sé que Tú tienes un camino distinto para mi vida. Quizá difícil, quizá incomprensible, quizá lleno de espinas. Pero viene de Ti, y eres Tú quien sabes lo que es mejor, lo que me permite avanzar hacia el amor y la esperanza.

    Ayúdame a descubrir ese proyecto. Dame fuerzas para confiar, para no olvidar que eres un Padre bueno. Permíteme reconocer que la Cruz es parte del camino del que ama, es una astilla que nos permite contagiarnos del fuego de amor que trajiste al mundo.

    Dame también fuerzas para acompañar a quienes sufren a mi lado. Porque no encuentran sentido a sus fracasos. Porque no entienden que también el dolor encierra un tesoro inmenso. Porque olvidan que existe el cielo, donde el Perdón vence el pecado, donde el egoísmo queda lejos, donde el Amor lo es todo para todos.

    Quisiera hoy, en estas horas de mi caminar frágil, dejar mi vida entre tus manos, como jarrón dócil, como vasija humilde, como barro confiado. Dejar que modeles en mi alma y en mi cuerpo tu proyecto; permitirte conquistar mis ideas y mis actos; prestarme para que también otros, desde mi vida transformada, puedan avanzar hacia la esperanza y descubrir Tu Amor eterno.

  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC

    Tomado de: http://www.es.catholic.net/